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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia Capítulo 1542

Capítulo 1542

Josefina estaba visiblemente mejor, ya que Elia se desvivía por visitar todos los hospitales posibles para tratar su enfermedad, que afortunadamente ya mostraba signos de mejora.

La observación del Dr. Díaz, pronunciada frente a ella, ¿cómo no iba a herir sus sentimientos?

El Dr. Díaz le lanzó una mirada de reojo a Josefina y dijo con calma: “Nunca me equivoco en mi juicio.”

“Ay, tú…” Josefina se quedó sin palabras, estuvo a punto de retomar la discusión con el Dr. Díaz.

Elia se levantó rápidamente, tomó del brazo a Josefina y la tranquilizó diciendo: “Tía, no te enfades, siéntate y descansa un poco.”

Ayudó a su tía a sentarse en el borde de la mesa.

Luego se dirigió al Dr. Díaz: “Dr. Díaz, ella es mi tía, vino a traerme unos documentos. Por favor, tome asiento. La señora con la que tenía la cita a ciegas aún no ha llegado.”

Fue entonces cuando Dr. Díaz se dio cuenta de su error, que la mujer no era quien esperaba para la cita, sino la tía de Elia.

Pero si había algo que el Dr. Díaz despreciaba era pedir disculpas, así que no dijo nada y simplemente se sentó.g2

Elia sirvió café tanto para el Dr. Díaz como para su tía mientras buscaba temas de conversación para intentar aliviar la tensión palpable entre ellos. Notó que el ambiente entre su tía y el Dr. Díaz seguía siendo tenso, por lo que mencionó que la mujer con quien tenía la cita aún no había llegado, que habían quedado a las diez.

Por otro lado, le dijo a su tía que apreciaba que le hubiera llevado los documentos, evitando así llegar tarde, ya que el Dr. Díaz detestaba la impuntualidad.

Después, se dirigió al Dr. Díaz: “Esta vez, gracias a mi tía, no tuve que volver por los documentos. ¿No podría haberse informado previamente sobre el perfil de Fabiola, Dr. Díaz?”

Diciendo esto, Elia le entregó los documentos a Dr. Díaz, esperando que este mostrara algo de amabilidad hacia su tía.

El Dr. Díaz tomó los documentos y comenzó a revisarlos sin seguir la conversación con Elia y sin dirigir la mirada hacia Josefina, manteniendo su actitud egocéntrica.

Elia se giró solo para encontrarse con la mirada insatisfecha de Josefina. Con una mirada, Elia intentó calmar a su tía, indicando que no se lo tomara personal.

Jimena se levantó muy temprano ese día porque tenía que preparar comida para los niños.

Había cocido al vapor unas papas y salteado pechuga de pollo para hacerles un puré de papas con pollo.

Ya eran las nueve y veinte cuando terminó de alimentar a los niños con el desayuno,.

Jimena dejó a los niños jugando con sus juguetes sobre una alfombra de espuma y se tumbó en el sofá para navegar en su teléfono.

Estaba absorta viendo videos cuando de repente recibió una llamada, el identificador mostraba que era

Fuentes.

Vicente

Capitulo 1542

¡Era el jefe de la empresa cliente!

Jimena no quiso demorar y contestó rápidamente: “Sr. Fuentes, ¿qué instrucciones tiene?”

“Jimena, ya comenzamos a trabajar en tu diseño en la empresa, pero hay algunos problemas con la técnica en varios diseños. Necesitamos discutirlo,” dijo Vicente.

“¿Qué técnica? ¿Puedo hablar ahora?” Jimena se incorporó, siempre se tomaba su trabajo muy en serio. “No se puede explicar bien por teléfono. Mejor ven a Sabor Buendía y lo hablamos en persona.”

“Pero…” Jimena estaba a punto de explicar que había pedido el día libre, pero Vicente ya había colgado.

Ni siquiera tuvo la oportunidad de aclarar las cosas.

Jimena no tuvo más remedio que llamar a Tomeo y explicarle la situación.

Tomeo le dijo: “Jimena, es tu trabajo. Si el cliente se molesta, podríamos tener que indemnizarle. Debes ponderar qué es más importante.”

Y con eso, Tomeo también colgó el teléfono.


¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Score 9.6
Status: Hiatus Type: Native Language: Spanish
Elia Saurí sufrió una traición que arrasó con su reputación y su inocencia, pero en esa fatídica noche, el hombre misterioso le entregó un colgante como prueba de su amor, jurando regresar para casarse con ella. Sin embargo, una tormenta devastadora destruyó su hogar y con él, la única pista que tenía la embarazada Elia para encontrar a ese hombre. Mientras tanto, conspiradores en las sombras lograron que el hombre creyera que Elia había perecido en la tormenta, convirtiendo su reunión en una quimera inalcanzable. Cinco años después, Elia vuelve acompañada por cuatrillizos. Por casualidad, llama la atención de su poderoso y peligroso jefe, un magnate indomable. En público, Elia es una conserje dedicada y modesta, pero en privado, yace en los brazos de este hombre, acariciando sus abdominales y gastando su dinero sin restricciones. Cuando su prima la hostiga, él la protege; cuando su secretaria la acosa, él la respalda; cuando difamadores intentan socavarla, él estalla en furia y celos… Todos comienzan a notar que la relación entre Elia y el jefe no es lo que parece. Él la consiente y protege, y aunque sea un titán…

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