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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia Capítulo 1616

Capítulo 1616

Elia, llevando a Floria de la mano, llegó a Villa Serenidad.

Al acercarse a la entrada, se encontró con dos guardaespaldas y se dispuso a explicarles la situación, pidiéndoles que informaran a Asier de su llegada.

Apenas se acercó, los hombres se inclinaron respetuosamente y dijeron: “Por favor, señorita Elia, pase..

El respeto y la cortesía con la que la trataron la desconcertaron por un momento.

Fueron estos mismos guardaespaldas quienes la habían detenido en la puerta de la villa antes, sacando su maleta y lanzándola fuera del perímetro de Villa Serenidad con una actitud fría y decidida, diciéndole que no era bienvenida.

Ahora, sin embargo, su actitud había cambiado drásticamente, permitiéndole entrar con tal respeto.

Elia se quedó atónita por un segundo, pero luego comprendió que esto debía ser obra de Asier. Ahora que el malentendido se había aclarado, seguramente él había dado nuevas. órdenes a los guardaespaldas.

Tener acceso libre a Villa Serenidad era una buena noticia.

Elia, sujetando firmemente la mano de Floria, las llevó a ambas adentro sin que los guardaespaldas las detuvieran.g2

Cruzaron el jardín y llegaron a la casa de Villa Serenidad. La puerta estaba abierta, así que Elia y Floria entraron directamente.

Al entrar a la casa, la escena que Elia vio delante de ella la hizo detenerse abruptamente. Asier estaba sentado en una silla de ruedas, con una expresión sombría. De espaldas a la puerta, su cuerpo estaba ligeramente inclinado, permitiendo a Elia ver la mitad de su rostro firme y severo.

Cecilia estaba arrodillada al lado de su silla de ruedas, con las manos sobre el apoyabrazos, mirando a Asier con los ojos rojos e hinchados, claramente había llorado. Su rostro reflejaba tristeza y dolor, con una lágrima resbalando por su mejilla. Le decía a Asier: “Mi padre aún no se ha recuperado del todo, ¿y tú ya quieres hablarle de cancelar nuestro compromiso? ¿No te preocupa que esto pueda empeorar su salud?”

“Maximiliano no es tan frágil“, respondió Asier con una voz fría y distante.

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Capitulo 1816

“Pero yo si lo soy, contestó Cecilia, emocionada, con las lágrimas cayendo profusamente. Sus manos se blanqueaban por la fuerza con la que sujetaba el apoyabrazos y, con la voz temblorosa, miró a Asier y preguntó: “Es porque no soy lo suficientemente hermosa? Abuelo Benjamin y mi padre desean que nos casemos. Si nos casamos, podrías tomar las riendas de Guzmán y cumplir tu sueño de un imperio comercial. ¿Por qué quieres cancelar nuestro compromiso?”

La mirada profunda de Asier se deslizó hacia ella: “No necesito que nadie me complete, puedo crear un imperio por mi mismo.”

Su voz era baja y magnética, intimidante y confiada como un verdadero lider.

Cualquier razón o condición no seria la cadena que atara su matrimonio.

Lo que él quisiera, siempre lo conseguiría por si solo, sin necesidad de añadidos de nadie más.

Cecilia se sobresaltó, enfrentándose a la mirada profunda y poderosa de Asier, tan insondable e imponente.

Su corazón comenzó a latir con pánico, temiendo lo peor.

Las lágrimas colgaban de sus ojos y caian una a una. En ese momento, comprendió su

error.

Había sido tan ingenua al pensar que ofreciéndole Guzmán a Asier como un cebo, podría mover su corazón y fortalecer su deseo de unirse en matrimonio.

No se había dado cuenta de lo equivocada que estaba.

Él era Asier, el invencible en los negocios, con una mano de hierro y victorioso en todas

sus batallas.

Si él deseaba que una empresa quebrara en una noche, esa empresa no vería la luz del día siguiente.

¿Cómo podría desear casarse por una compañía?

Comprendiendo cuán tonta había sido, Cecilia desvió la mirada en pánico.

Al apartar la vista, vio a Elia y a otra mujer de pie en la entrada.

Su propio désorden emocional había sido presenciado por extraños, lo que la hizo sentir aún más avergonzada y confundida. Se puso de pie rápidamente, secándose las lágrimas y, con toda su aflicción y enojo dirigidos hacia Elia, dijo con frialdad: “Elia, no me digas que has venido a pedir comida otra vez, ¿y ahora traes a otra persona contigo? ¿Estás tan desesperada?”

11:42 m

Capitulo 1616

“¿Cómo te atreves a hablar así…?” Floria, visiblemente molesta, dio un paso adelante, preparándose para confrontar a Cecilia.


¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Score 9.6
Status: Hiatus Type: Native Language: Spanish
Elia Saurí sufrió una traición que arrasó con su reputación y su inocencia, pero en esa fatídica noche, el hombre misterioso le entregó un colgante como prueba de su amor, jurando regresar para casarse con ella. Sin embargo, una tormenta devastadora destruyó su hogar y con él, la única pista que tenía la embarazada Elia para encontrar a ese hombre. Mientras tanto, conspiradores en las sombras lograron que el hombre creyera que Elia había perecido en la tormenta, convirtiendo su reunión en una quimera inalcanzable. Cinco años después, Elia vuelve acompañada por cuatrillizos. Por casualidad, llama la atención de su poderoso y peligroso jefe, un magnate indomable. En público, Elia es una conserje dedicada y modesta, pero en privado, yace en los brazos de este hombre, acariciando sus abdominales y gastando su dinero sin restricciones. Cuando su prima la hostiga, él la protege; cuando su secretaria la acosa, él la respalda; cuando difamadores intentan socavarla, él estalla en furia y celos… Todos comienzan a notar que la relación entre Elia y el jefe no es lo que parece. Él la consiente y protege, y aunque sea un titán…

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