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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia Capítulo 1431

Capítulo 1431

Elia se agacho mientras el aliento de Asier cala justo sobre su cabeza. A través de la frágil piel de su coronilla, ella podia sentir la respiración de Asier, caliente y poderosa, marcando el ritmo de su propio aliento, haciéndolo más lento y

profundo.

Llevaba tres años bañando a Asier, y cada vez, su cuerpo reaccionaba ante él.

No importaba cuantas veces lo viera, siempre le parecia novedoso y le dolia el corazón.

Tres años. 1095 dias y noches, le habia dado 1095 baños y lo habia observado 1095 veces.

Cuanto deseaba que un dia se obrara el milagro, que él de repente abriera los ojos, le agarrara la muñeca y le dijera con autoridad: “¿Qué estás haciendo? Si me miras una vez más, jte saco los ojos!”

Pero nunca sucedió ese milagro.

Elia pasó de la esperanza inicial a un dolor constante en el corazón.

Tenia mucho miedo, temia que Asier nunca despertara.

Mientras sus pensamientos volaban, ya habla terminado de quitarle la ropa a Asier y estaba a punto de ayudarlo a meterse en la bañera.g2

Habia agua en el suelo de azulejos y ella no se percató, pisó un charco y su cuerpo se deslizó hacia adelante.

“¡Ay!” Elia grito, su corazón latiendo desbocado, su primer instinto fue no dejar caer a Asier. Apretó la mano que sostenia a Asier con todas sus fuerzas, intentando estabilizarlo.

Pero su cuerpo desequilibrado cayó al suelo.

Cayo sentada, con un golpe sordo en la espalda y la nuca también tocó el suelo.

Delante de ella, Asier cayó sobre su cuerpo, aplastando su pecho con su peso.

El dolor del golpe por delante y por detrás la dejó mareada, casi como si su corazón se detuviera.

Contuvo la respiración por un buen rato antes de empezar a recuperarse.

Por suerte, en el momento de la caida, habia jalado a Asier hacia si, haciendo que cayera sobre ella y no en el suelo, de lo contrario, habría sufrido otra lesión.

Ya era una persona en estado vegetativo, no podía soportar otra calda.

La cara de Asier estaba presionada contra la de Elia, ella podia sentir la firmeza de su piel y el calor.

Su respiración y temperatura eran normales, al menos eso demostraba que seguía vivo.

No deberia distraerse por el hecho de que Asier no había despertado en tres años. Que él estuviera vivo era un motivo de esperanza, ¿no es así?

Elia arrugo el ceno aliviando el dolor punzante en el coxis y luego, apoyándose en los hombros de Asier, trató de empujarlo para levantarse.

Solo si lo apartaba podria levantarse. No podía llamar a nadie para que la ayudara porque Asier aún estaba desnudo.

Si alguien entrara y lo viera, seria muy embarazoso.

Aunque Asier no estaba consciente, ella no podia dejar que se avergonzara, tenia que proteger su dignidad.

“Asier, lo siento, prometo que nunca más me distraeré“, dijo Elia mientras empujaba a Asier y pedia disculpas con culpa.

Lo levantó un poco apoyando sus hombros y se movió para salir de debajo de él.

Cuando su cuerpo se desplazó a la mitad, sintió un ligero movimiento contra su abdomen.

Ese movimiento, que habia experimentado con frecuencia hace tres años y que durante todo ese tiempo no había visto.

Pero ahora…

Los ojos de Elia se abrieron de par en par, su corazón parecia saltar a su garganta.

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Capitulo 1431

Sosteniendo los hombros de Asier, trató de mirarle a los ojos, emocionada dijo: “Asier, ¿estás reaccionando? Asier, soy Elia mirame…!


¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Score 9.6
Status: Hiatus Type: Native Language: Spanish
Elia Saurí sufrió una traición que arrasó con su reputación y su inocencia, pero en esa fatídica noche, el hombre misterioso le entregó un colgante como prueba de su amor, jurando regresar para casarse con ella. Sin embargo, una tormenta devastadora destruyó su hogar y con él, la única pista que tenía la embarazada Elia para encontrar a ese hombre. Mientras tanto, conspiradores en las sombras lograron que el hombre creyera que Elia había perecido en la tormenta, convirtiendo su reunión en una quimera inalcanzable. Cinco años después, Elia vuelve acompañada por cuatrillizos. Por casualidad, llama la atención de su poderoso y peligroso jefe, un magnate indomable. En público, Elia es una conserje dedicada y modesta, pero en privado, yace en los brazos de este hombre, acariciando sus abdominales y gastando su dinero sin restricciones. Cuando su prima la hostiga, él la protege; cuando su secretaria la acosa, él la respalda; cuando difamadores intentan socavarla, él estalla en furia y celos… Todos comienzan a notar que la relación entre Elia y el jefe no es lo que parece. Él la consiente y protege, y aunque sea un titán…

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