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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia Capítulo 1454

Capítulo 1454

“¿Qué dijiste?” Orson miró a Priscila con incredulidad.

Había llamado a la policia de tránsito para entender las causas del accidente, pero no se había enterado de los detalles muy bien, solo sabia que Jimena había chocado por detrás a alguien más.

Jamás imaginó que la otra parte del accidente, jera Priscila!

Elia también estaba sorprendida: “¿Estás diciendo que el accidente de Jimena fue porque chocó contigo?”

Cuando Elia llegó, todavía no entendía cómo era posible que Jimena estuviera tan grave por un simple choque por detrás.

Pero si la otra involucrada era Priscila, todo tenía sentido.

“Claro, ella chocó por detrás a mi carro, y se lastimó gravemente. Yo llamé a emergencias enseguida, pero quién iba a imaginar que ella conduciría tan imprudentemente para acabarse lastimando así. La policía ya determinó quién tiene la culpa, ¡Jimena es completamente responsable! Mi carro quedó para el arrastre con el golpe, ella tiene que compensarme por todo el carro. Si no fuera porque mi vehículo tenía airbags, yo también estaría gravemente herida en el hospital.”

Priscila levantaba la barbilla mientras hablaba con ímpetu, sin mostrar ni un ápice de remordimiento.

Si no hubiera perdido tiempo, tal vez Jimena habría recibido tratamiento a tiempo y no estaría tan mal. Pero Priscila no mostraba ningún tipo de arrepentimiento.g2

“Voy a pagarte tus dos millones. Ahora vete,” dijo Orson con sus ojos hermosos perdiendo el encanto de antaño y llenándose de una ira contenida.

Hablaba con firmeza a Priscila, señalando la salida para que se fuera de una vez.

“¿Vas a pagar por ella?” Priscila parecía como si le hubieran pisado la cola, furiosa y mirando fijamente a Orson: “¿Y tú qué eres de ella para pagar sus deudas? Orson, todo lo que tienes ahora te lo ha dado la Familia Guzmán, tu dinero es mío, ¿no te parece ridículo usar mi dinero para pagarme?”

Priscila temblaba de rabia.

Los ojos estrechos de Orson brillaban, y de repente soltó una carcajada: “Priscila, todo lo que he negociado ha sido por mi cuenta, ¿qué tiene que ver el dinero que he ganado con tu familia? Aún no te has casado conmigo y ya quieres apoderarte de todo lo que tengo, ¿así que si te casaras conmigo sería simplemente tu herramienta para hacer dinero?”

Al escuchar cómo Orson desmontaba sus planes internos de un golpe, el orgullo de Priscila se transformó en vulnerabilidad; bajó la mirada y dijo con vacilación: “No es lo que estabȧ pensando, lo que quiero decir es que tarde o temprano nos casaremos y después de eso, los bienes serán de ambos.”

“¿Quién dijo que me voy a casar contigo? ¡Vete, ve con tu familia y aclara esto!” Orson agarró la manga de Priscila y la arrastró afuera.

Ella estaba alborotando y eso realmente afectaba el descanso de Jimena.

Le dijo a Priscila que se fuera, pero ella se rehusaba a irse, continuar discutiendo solo molestaría más a Jimena.

Antes, Orson no podía irse porque no había nadie más para cuidar de Jimena, pero ahora que Elia había llegado, podía tranquilamente llevarse a Priscila para fuera.

A pesar de que Priscila seguía murmurando quejas, Orson la arrastró llevándosela consigo.

Todo el enfado de Priscila era porque Orson estaba con Jimena, pero si Orson se iba y dejaba de estar con

Capitulo 1454

Jimena, ella se sentiría un poco mejor.

Por supuesto, ella quería irse con Orson.

Los pasos de Orson eran rápidos y no tardó en llevarse a Priscila.

Elia tomó una profunda respiración, abrió la puerta de la habitación y entró.

Al ver a Jimena con una venda en la cabeza y acostada inmóvil en la cama, esa imagen se clavó en el corazón de Elia como una aguja al rojo vivo, su corazón comenzó a dolerle y sus ojos se llenaron de lágrimas.

Preocupada, Elia se acercó rápidamente a la cama de Jimena y al verla tan débil, sintió que le faltaba el aire. Ya había visto una escena similar con Asier.

Capítulo 1455


¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Score 9.6
Status: Hiatus Type: Native Language: Spanish
Elia Saurí sufrió una traición que arrasó con su reputación y su inocencia, pero en esa fatídica noche, el hombre misterioso le entregó un colgante como prueba de su amor, jurando regresar para casarse con ella. Sin embargo, una tormenta devastadora destruyó su hogar y con él, la única pista que tenía la embarazada Elia para encontrar a ese hombre. Mientras tanto, conspiradores en las sombras lograron que el hombre creyera que Elia había perecido en la tormenta, convirtiendo su reunión en una quimera inalcanzable. Cinco años después, Elia vuelve acompañada por cuatrillizos. Por casualidad, llama la atención de su poderoso y peligroso jefe, un magnate indomable. En público, Elia es una conserje dedicada y modesta, pero en privado, yace en los brazos de este hombre, acariciando sus abdominales y gastando su dinero sin restricciones. Cuando su prima la hostiga, él la protege; cuando su secretaria la acosa, él la respalda; cuando difamadores intentan socavarla, él estalla en furia y celos… Todos comienzan a notar que la relación entre Elia y el jefe no es lo que parece. Él la consiente y protege, y aunque sea un titán…

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