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¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia Capítulo 943

Capítulo 943

El rostro de Asier estaba tenso y sus ojos estaban afilados: “¿Qué estás haciendo?!” Dijo él.

El brusco rugido la hizo estremecerse. Elia abrió la boca, inhalando con fuerza el aire fresco

Después de respirar con ansiedad unas cuantas veces, esa sensación de asfixia comenzó a aliviarse un poco

Al abrir los ojos, se topo con los ojos frios y helados de Asier mirandola fijamente. En esa mirada aguda, parecia haber un toque de nerviosismo

“Estaba tomando una ducha“, respondió Elia, con la respiración entrecortada.

“¿Una ducha que pone en riesgo tu vida? Elia, ¿estás probando mi paciencia?” Asier, sosteniendo su hombro con una mano, estaba usando demasiada fuerza debido a la tension

“Me duele Elia sintió como si su omoplato estuviera a punto de romperse, y su cuerpo se puso rigido.

Asier, al ver que Elia fruncia el ceño por el dolor, se dio cuenta de que la había lastimado y aflojó un poco su agarre

Todavia mirandola con ojos agudos, dijo: ¿Por qué no te sentias mal antes? Si vuelvo a descubrir que te estás maltratando de esta manera, no te lo perdonare “g2

Asier con un tono autoritario, dejó caer friamente esas palabras Observó su rostro pálido, apretó los dientes y salió del baño.

Al salir, el sonido del agua cayendo al suelo en el baño resonaba en los oidos de Asier

Sus nervios estaban tensos.

El rostro apuesto de Asier estaba tan oscuro como un cielo cubierto de nubes negras, sus ojos tenian una sombra roja y sus cejas se movian ligeramente

Su mano, que colgaba a su lado, se apretó hasta que las venas de su dorso se hicieron visibles debido a la fuerza.

¿Elia esperaba que él la dejara ir de esa manera? ¡Qué ilusa!

Incluso si muriera, el no la dejaria ir, para que ella pudiera encontrar su propio amor y casarse con alguien más.

Asier dio un paso largo y dejo la habitación.

Elia finalmente volvió en si, apoyandose en el lavabo, aunque aún respiraba con dificultad. Miró hacia atrás al rociador que seguía goteando

agua

Sintio un destello de miedo. ¿Qué le había pasado? ¿Por qué no se habia movido?

Si su cabello mojado cubriera toda su cara, podria haberse asfixiadol

En un momento de vida o muerte, ino tuvo ninguna reacción!

Afortunadamente, Asier entró a tiempo.

Giró la cabeza y vio que el cerrojo de la puerta del baño estaba roto y que había un agujero en la puerta.

Cuanta fuerza se necesitaba…

Elia estaba tan asombrada que no pudo seguir divagando. Se apresuró a terminar de bañarse y salió envuelta en una toalla.

Asier ya no estaba en la habitación

Elia bajo la mirada, ocultando las emociones en sus ojos.

Se vistió, se arreglo y bajo las escaleras. Asier tampoco estaba en la planta baja Vio a Fabio preparando la comida y se acercó a preguntar “Fabio, ¿donde esta Asier?”

“Asier se fue, probablemente a la oficina. Elia, el almuerzo está listo, puedes comer primero. Tengo que ir a buscar a los niños“, dijo Fabio, apresurado

¿Almuerzo?

Ela estaba asombrada Pensaba que aún era por la mañana y no se había dado cuenta de que ya era por la tarde y los niños estaban a punto die

salir de la escuela.

No podia creer que hubiera dormido hasta la tarde!

Pero pensandolo mejor, era normal La noche anterior, no se había ido a dormir hasta muy tarde, estaba completamente agotada

Despertó por la tarde, sintiéndose todavia debil

Queria ir con Fabio a recoger a los niños, pero se sentia demasiado débil y sin fuerzas. Incluso caminar se sentia extraño, así que decidió quedarse en casa y comer

Solo después de comer podria reponer energías

Después de dar las instrucciones, Fabio se fue rápidamente. Mientras Elia estaba comiendo, su teléfono sond. Al ver la llamada entrante, los nervios de Elia, que apenas se habían relajado, se tensaron de nuevo.

13:17

La llamada habia sido de Vicente


¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

¡Domesticame! Mi pequeña y gran Elia

Score 9.6
Status: Hiatus Type: Native Language: Spanish
Elia Saurí sufrió una traición que arrasó con su reputación y su inocencia, pero en esa fatídica noche, el hombre misterioso le entregó un colgante como prueba de su amor, jurando regresar para casarse con ella. Sin embargo, una tormenta devastadora destruyó su hogar y con él, la única pista que tenía la embarazada Elia para encontrar a ese hombre. Mientras tanto, conspiradores en las sombras lograron que el hombre creyera que Elia había perecido en la tormenta, convirtiendo su reunión en una quimera inalcanzable. Cinco años después, Elia vuelve acompañada por cuatrillizos. Por casualidad, llama la atención de su poderoso y peligroso jefe, un magnate indomable. En público, Elia es una conserje dedicada y modesta, pero en privado, yace en los brazos de este hombre, acariciando sus abdominales y gastando su dinero sin restricciones. Cuando su prima la hostiga, él la protege; cuando su secretaria la acosa, él la respalda; cuando difamadores intentan socavarla, él estalla en furia y celos… Todos comienzan a notar que la relación entre Elia y el jefe no es lo que parece. Él la consiente y protege, y aunque sea un titán…

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